lunes, 23 de noviembre de 2015

MUCHAS GRACIAS POR TODO OJALA SEA DE SU AGRADO Y DE SU AYUDA :)

el vestuario mazahua


tipos de agradecimientos por honor hacia sus tierras


VIDEO PARA REFLEXIONAR SOBRE LOS INDIGENAS DE MAZAHUA

BUENO ESTE ES UN PENSAMIENTO MIO ......
ES MEJOR MUCHAS DE LAS VECES AYUDAR A PERSONAS QUE NO TIENEN NO POR HABLAR DIFERENTE A NOSOTROS NO POR SER DE UNA PIEL DIFERENTE ALA DE NOSOTROS SON DISTINTOS TODOS TENEMOS UNA VALIDES PERSONAL ASÍ LA CUAL NO TIENE PRECIO TODOS TENEMOS DISTINTAS CUALIDADES DIFERENTES PENSAMIENTOS Y ASÍ MÉTODOS PARA SALIR ADELANTE  Y SER BUENAS PERSONAS POR ESO ES MEJOR RESPETAR PARA SER RESPETADOS TRATAR CON EDUCACIÓN PARA `POR IGUAL SER TRATADOS.

Y

ASÍ NUNCA OLVIDAR QUE UN MAL DÍA SOLO Y SIEMPRE DURARA 24 HORAS.
UN MAL TIEMPO UNA MALA VIDA TU LA ESCOGES Y ES MEJOR ESCOGER EL MEJOR CAMINO PORQUE TU SOLO FORMARAS TU AYUDA SIN AYUDA DE LOS QUE ESTÁN A TU ALREDEDOR.

TODO SE PUEDE MIENTRAS TU TENGAS TUS METAS MAS CUMPLIDAS QUE DESCUBIERTAS AL HABLA DE LAS PERSONAS.

TODA INFORMACION MAZAHUA

No hay certeza respecto al origen de la palabra mazahua. Se dice que proviene del nombre del primer jefe de este pueblo que se llamó Mazatlí-Tecutli; hay quien piensa que se deriva del náhuatl mázatl, "venado", o bien de Mazahuacán "donde hay venado" que es el nombre del lugar de origen de este pueblo.
Localización
La región mazahua está situada en la parte noroeste del Estado de México y en una pequeña área del oriente del estado de Michoacán. Su topografía se caracteriza por contar con un sistema montañoso de mediana altura. Los municipios que componen la región mazahua son 11, de los cuales 10 se localizan en el Estado de México: Almoloya de Juárez, Atlacomulco, Donato Guerra, El Oro de Hidalgo, Ixtlahuaca, Jocotitlán, San Felipe del Progreso, Temascalcingo, Villa de Allende y Villa Victoria, y uno, Zitácuaro, en el estado de Michoacán.
Esta región limita al norte con el estado de Querétaro y con los municipios de Acambay y Timilpan del Estado de México; al sur con los municipios de Zinacantepec, Toluca, Amanalco de Becerra, Valle de Bravo e Ixtapan del Oro; al oriente con los municipios de Temoaya, Jiquipilco y Morelos; y al poniente con el municipio de Morelos en el estado de Michoacán.
Infraestructura
Debido a su cercanía con la capital del país, esta región indígena se encuentra bien comunicada con una serie de carreteras pavimentadas y de terracería que unen a los distintos poblados con las cabeceras municipales.
Se encuentran presas importantes como son las de Villa Victoria, la Presa Browkman, El Salto y Tepetitlán que benefician a los municipios de San Felipe del Progreso, Villa Victoria y El Oro.
Hay casetas telefónicas y de correos en las cabeceras municipales. El servicio de radiocomunicación lo ofrecen algunas oficinas de gobierno. La radio comercial está completamente extendida en toda la región. El transporte público para los centros de población es bueno, tienen servicio de taxis colectivos y líneas de autobuses.
Antecedentes históricos
No hay certeza sobre el origen del pueblo mazahua, se dice que fue una de las cinco tribus chichimecas que migraron en el siglo XIII; una de ellas estuvo encabezada por Mazahuatl, jefe de este grupo, al que se considera como el más antiguo de los integrantes de las tribus fundadoras de las ciudades de Culhuacán, Otompan y Tula, compuestas por mazahuas, matlatzincas, tlahuicas y toltecas. Hay quien señala que los mazahuas provienen de los acolhuas, quienes dieron origen a la provincia de Mazahuacán, actualmente Jocotitlán, Atlacomulco e Ixtlahuaca.
Con la consolidación del poderío azteca, la provincia de Mazahuacán quedó bajo el reino de Tlacopan. Durante la expansión del imperio azteca, estando en el gobierno Moctezuma llhuicamina, los mazahuas participaron en la conquista de las tierras del sur. El rey azteca Axayácatl fue quien sometió definitivamente al grupo mazahua.
En la época de la Conquista, con la llegada de Gonzalo de Sandoval al territorio mazahua, éstos quedaron sometidos al nuevo régimen. Parte de su territorio quedó sujeto a encomienda como sucedió con Atlacomulco, Almoloya de Juárez y Jocotitlán. En la mayor parte de la región, los franciscanos tuvieron a su cargo el proceso de evangelización; los jesuitas se establecieron sólo en Almoloya de Juárez. En esa misma época se conformaron grandes haciendas como la de Solís en Temascalcingo, la de Tultenango en El Oro, La Villegré en Jocotitlán y la Gavia en Almoloya de Juárez.
Durante el movimiento de Independencia, las indígenas mazahuas participaron en las distintas batallas como por ejemplo la del Cerro de las Cruces. Igualmente participaron en el otro gran movimiento armado que fue la Revolución de 1910.
Lengua
La lengua mazahua se ubica en el grupo lingüístico otomangue de donde se deriva el tronco otopame, al que pertenece la familia otomí-mazahua. Ésta se encuentra emparentada con las lenguas otomí, pame, matlatzinca, pirinda, ocuilteca y chichimeca.
Salud
Los mazahuas consideran que cada persona tiene un ser material y un ser espiritual; también piensan que hay enfermedades "buenas" y "malas"; las primeras son enviadas por Dios y, las segundas, son provocadas por la maldad de alguna persona o por causas sobrenaturales. Entre las enfermedades "buenas" más comunes encontramos la diarrea, la neumonía, la bronquitis, la amigdalitis y la parasitosis intestinal; dentro de las "malas" están el "mal de ojo", el espanto y el "mal de aire", entre otras.
De acuerdo con el diagnóstico, se inicia un tratamiento en el hogar. Puede consistir en infusiones de té de hierbas, masajes en la espalda, pecho o estómago. Cuando el tratamiento aplicado en casa no funciona, el paciente es llevado con un médico profesional. En caso de que desde un principio se diagnostique una enfermedad "mala", se acude con hierberos o hueseros. Para ser atendidas durante el parto, las mujeres acuden con las parteras o "comadres". Los mazahuas utilizan distintas plantas para curar sus males, entre otras, hierbabuena, orégano, boldo, pirúl, romero, pericón, ruda, borraja y ajenjo. Actualmente, la región cuenta con unidades médicas que se ubican principalmente en las cabeceras municipales, o bien en las ciudades.
Vivienda
La vivienda mazahua ha sufrido cambios, se ha dejado de utilizar el adobe y la teja y en la actualidad están construidas con cemento, tabique o tabicón y su arquitectura es moderna. Es interesante señalar que el 93% de las viviendas mazahuas son propias.
Artesanías
Los municipios que cuentan con una mayor actividad artesanal son: San Felipe del Progreso, Temascalcingo, Ixtlahuaca y Atlacomulco. En distintas localidades de la región se confeccionan cobijas, fajas, tapetes, cojines, manteles, morrales y quexquémitl de lana. En San Felipe del Progreso y Villa Victoria hay pequeños talleres en los que se fabrican productos con la raíz de zacatón, como por ejemplo, escobas, escobetas y cepillos. En Temascalcingo se producen piezas de alfarería de barro rojo y loza de alto fuego, como cazuelas, ollas, macetas y crisoles. En Ixtlahuaca las familias tejen, a mano o en máquina, con hilo de acrilán o lana, guantes, bufandas, pasamontañas y suéteres. En Atlacomulco hacen sombreros de paja de trigo. En San Felipe del Progreso hay personas que se dedican a la elaboración de piezas de plata como arracadas, anillos, collares y pulseras; en distintas ocasiones han recibido premios por la técnica y belleza de sus productos.
Territorio, ecología y reproducción social
La región en la que habita el pueblo mazahua presenta un sistema montañoso constituido por pequeñas cordilleras de mediana altura que forman parte de la Sierra Madre Occidental y ramificaciones de la Cordillera Neovolcánica; éstas dan origen al sistema montañoso de San Andrés que recorre los municipios de Jocotitlán, San Felipe del Progreso, Atlacomulco y El Oro. Encontramos también planicies escalonadas importantes para la agricultura. El río Lerma constituye el principal caudal de esa zona; no dejan de ser importantes el río de La Gavia, el río Las Lajas, el río Malacotepec y La Ciénega.
Los suelos característicos son tierras negras de poca profundidad y textura caliza-arcillosa y arenosa que son fácilmente erosionables. Se encuentran contrastes en la región: áreas boscosas y otras semidesérticas o con un alto grado de erosión. Algunas montañas están cubiertas por bosques de árboles maderables. La caza furtiva y la deforestación en la región, han originado que las especies de flora y fauna se encuentren en peligro de extinción.
La actividad productiva tradicional es la agricultura. El censo de 1990 nos proporciona los siguientes datos: la población económicamente activa (PEA) alcanza el 39.3%; de ésta, el 40% se ocupa en el sector primario, es decir, en actividades relacionadas con la agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca; el 32% en el secundario que se relaciona con la manufactura de artesanías y el empleo en la industria de la construcción y el 28% en actividades vinculadas al comercio y servicios.
La propiedad de la tierra puede ser ejidal, comunal y privada. El pueblo mazahua produce principalmente maíz y, en menor cantidad, frijol, trigo, cebada, avena y papa; en algunos municipios cultivan chícharo, hortalizas y flores. La producción es básicamente para el autoconsumo. La actividad pecuaria es de baja escala, no obstante constituye un apoyo importante para la economía familiar, principalmente la cría de ganado ovino y bovino. En algunos municipios se produce madera en rollo, raja para leña y carbón de encino.
Las actividades productivas las realizan en forma familiar y recurren a sus parientes más cercanos en la época de mayor trabajo en los cultivos. Utilizan herramientas tradicionales como mulas y bueyes en las labores agrícolas; en las mesetas y valles recurren al tractor para la roturación, barbecho, rastra y apertura de surcos, y en algunos casos utilizan también la sembradora.
Migración
Los lugares más importantes de atracción migratoria para la población mazahua son las ciudades de México y Toluca. Se considera que las causas principales de la movilidad de la población son la falta de empleo en su lugares de origen y el hecho de que los ingresos obtenidos en la agricultura son insuficientes para la manutención de la familia.
La población migrante está formada tanto por hombres como por mujeres. Hay quienes migran en forma definitiva y otros que lo hacen por temporadas. Asimismo, muchos de los pueblos mazahuas funcionan como "pueblos-dormitorio", ya que sus habitantes acuden diariamente a laborar a otros lugares cercanos. Los migrantes van a trabajar en las labores agrícolas en distintos estados del país como Veracruz, Sonora, Querétaro y Jalisco.
Los hombres que acuden a las grandes ciudades generalmente se emplean en trabajos de albañilería, como veladores o ayudantes en alguna casa comercial o taller; las mujeres, como trabajadoras domésticas y otras en la venta de fruta.
Organización social
La familia nuclear formada por padres e hijos, constituye la base fundamental de la organización del grupo mazahua. Cada miembro de la familia tiene bien definidas sus funciones, éstas dependen del sexo, edad y lugar que ocupan en el núcleo familiar. La madre se encarga de preparar los alimentos, del lavado de la ropa, de la limpieza del hogar y de acarrear la leña y el agua; también se ocupan del cuidado de los animales del traspatio. El padre se dedica a las labores agrícolas; los niños cooperan en algunas actividades del campo, en la recolección de la leña y el pastoreo de los animales; las niñas ayudan a la madre en los quehaceres domésticos. La máxima autoridad dentro de la familia la ejerce el padre.
El grupo mazahua realiza el trabajo colectivo llamado "faena", que consiste en la cooperación de los miembros de la comunidad para la realización de obras o trabajos de beneficio colectivo como son escuelas, mercados y caminos.
Las autoridades políticas de los mazahuas son las derivadas del ayuntamiento constitucional, que está establecido en la Constitución Mexicana y en la Constitución Estatal.
Cosmogonía y religión
Las características actuales de la religión de este pueblo son una combinación de elementos católicos y prehispánicos, sincretismo que guía algunas concepciones del grupo, como son el culto a los muertos, la creencia en ciertas enfermedades, la vida cotidiana y la importancia de los sueños que prevalecen en la vida mazahua.
Fiestas
Las fiestas que celebran los mazahuas pertenecen al calendario religioso católico. En cada población se lleva a cabo la fiesta patronal y es muy común la de San Isidro Labrador. En ésta, las comunidades colocan en sus parcelas ramos de flores y adornan a los bueyes, mulas y burros con collares de flores. Las festividades que son comunes a toda la región son la de la Santa Cruz y la celebración del Día de Muertos. En la actualidad, los cargos religiosos tradicionales como el de la mayordomía se practica cada vez menos, principalmente entre los jóvenes; son los viejos quienes tratan de mantenerlos. Las danzas que los mazahuas realizan con mayor frecuencia en sus festividades son: la danza de Pastoras, danza de Santiagueros y danza de Concheros.
Relaciones con otros pueblos
Este grupo tiene como vecinos a los otomíes con los que mantiene relación, sobre todo de tipo comercial, pues intercambian los productos de sus respectivas regiones.
La relación que se establece entre los mazahuas y los mestizos se caracteriza porque estos últimos consideran inferiores a los indígenas; es pues una relación asimétrica, ya que los mestizos tienen el control del mercado local, son los intermediarios y los que puede dar empleo al indígena. Entre estos dos grupos se establecen ocasionalmente relaciones de compadrazgo, generalmente porque un mestizo apadrina a un niño indígena; no es común que un mazahua apadrine a un niño mestizo.
                                             
                                             
                                             
                                               

AQUI EN ESTE VIDEO PODRAS ENCONTRAR MAYOR INFORMACION SOBRE LOS MAZAHUAS


VIVIENDAS MAZAHUAS

                                            
Según el Censo de población de 1990, el número de hablantes de mazahua a nivel nacional ascendía a 162 743 personas de las cuales, 127 826 pertenecían al grupo etario de cinco años y más, y 34 917 al de cero a cuatro años que habita en hogares cuyo jefe habla esta lengua. Los 114 294 mazahuas censados en el Estado de México, colocan a este grupo indígena como el más numeroso de la entidad.
La mayor parte de los mazahuas se asientan en una superficie de aproximadamente 2 000 km. Los límites geográficos de esta zona están formados por las montañas situadas al occidente del valle de México y los valles de Toluca y de Ixtlahuaca. Los municipios más importantes habitados por el grupo son: Acambay, Atlacomulco, El Oro, Ixtlahuaca, Socotitlán, San Felipe del Progreso, Temascalcingo y Villa Victoria en el Estado de México, y Angangueo, Ocampo, Susupato, Tlalpujahua y Zitácuaro en el de Michoacán.
Debido a la altitud de la región, los inviernos son fríos y las noches frescas, incluso en verano. Las lluvias se presentan a finales de la primavera y en el verano, mientras que la estación de secas corresponde al otoño e invierno.
La región, cuyos suelos característicos son los aluviales de tipo arcilloso, está irrigada por el río Lerma. Existen en ella algunos bosques maderables con especies como el oyamel, pino y cedro blanco; también hay abundancia de maguey, tejocote y raíz de zacatón. La fauna es muy escasa.
                                      
La agricultura es la actividad económica fundamental de los mazahuas. Los cultivos más importantes son el maíz, maguey, frijol, trigo, haba, cebada, zacatón y algunos frutales como la manzana y la pera. La producción de alimentos es insuficiente para la subsistencia, debido a la carencia de riego, la mala calidad de los suelos y su degradación, la falta de rotación de los cultivos y el uso inadecuado de fertilizantes, además de lo reducido de las parcelas. Así, los alimentos son adquiridos con los ingresos provenientes de la venta de aguamiel, pulque, artesanías, resinas y sobre todo, con los del trabajo asalariado en lugares circunvecinos y en la ciudad de México.
La tenencia de la tierra varía dentro de la región. En algunos lugares predomina la propiedad privada, como es el caso del municipio Donato Guerra. Un jefe de familia puede tener una o varias fracciones de terreno, muchas veces alejadas unas de otras. Por lo general, la propiedad se divide entre todos los hijos varones, con lo que aumenta el minifundismo, esto impide la mecanización agrícola y alienta la emigración.
En otras localidades, la tenencia de la tierra es ejidal. Pese a que la mayor parte de los ejidos tiene resoluciones presidenciales, éstas no han sido ejecutadas en ningún caso. Cada parcela tiene en promedio 2.5 ha, pero no todo el terreno es de labor. Algunos ejidatarios tienen, a la vez, parcelas de propiedad privada.
      
                                           
El trabajo agrícola es realizado por hombres y mujeres, aunque éstas desarrollan las tareas menos fatigosas. Sin embargo, cuando el esposo emigra, corresponde a la mujer y a los hijos mayores hacerse cargo del cultivo de la parcela. Otras importantes labores ejecutadas por las mujeres son la extracción del aguamiel para preparar el pulque el cuidado de los animales domésticos y el acarreo de la leña.
La ganadería mayor es prácticamente inexistente, pero la mayoría de las familias cuentan con algunas ovejas o cabras, puercos y, casi sin excepción, con gallinas y guajolotes.
Algunos bosques sirven para la extracción de madera la cual se explota por medio de compañías que pagan un determinado derecho de monte a las comunidades en las que se realiza la extracción. Sin embargo, esta actividad no ha generado suficientes empleos, ni tampoco ingresos directos por concepto del pago de los derechos y utilidades percibidas. Los mismos se aplican a obras de beneficio social.
Toda esta problemática económica ha propiciado la emigración temporal y permanente de mujeres y hombres, siendo la tasa de la misma una de las más altas entre los grupos indígenas del país. Es común que el hombre se emplee como peón agrícola en los lugares cercanos o como albañil u obrero en los centros urbanos, principalmente en la ciudad de México. Las mujeres se emplean como sirvientas o se dedican a la venta de los más variados productos en la propia ciudad de México, en donde se les conoce como "las Marías".
                                                       
La vivienda tradicional mazahua tiende a desaparecer; este tipo de construcción consistía en una choza de cuatro postes de madera con paredes de barro y techo de zacate. En la actualidad, las casas son de barro con techo de teja; existen otras mejor construidas con paredes de adobe pintadas, ventanas con vidrios y techo de teja. Muchas viviendas tienen adoratorios familiares en el exterior, que consisten en un local con paredes de barro pintadas de blanco con techo de paja.
En los principales municipios en los que vive la población mazahua los servicios intradomiciliarios son deficientes, principalmente en San Felipe del Progreso, Villa Victoria y Acambay.
De acuerdo con el Censo de población y vivienda de 1990, los servicios intradomiciliarios con los que cuenta la población mazahua, como son agua entubada, drenaje y energía eléctrica, muestran enormes deficiencias, principalmente en los municipios de Villa Victoria, San Felipe del Progreso y Acambay. A esta problemática se agrega la carencia de atención médica y las elevadas tasas de analfabetismo, lo que coloca a los asentamientos mazahuas como zonas con niveles alto y muy alto de marginación.
El Instituto Nacional Indigenista, a través de su Centro Coordinador de Atlacomulco, ha realizado proyectos para la conservación y el mejor aprovechamiento de los recursos naturales existentes en la región, con la intención de crear fuentes de trabajo para evitar la intensa migración mazahua a los centros urbanos. También ha llevado a cabo diversos programas de saneamiento del medio, de medicina preventiva y asistencial, así como de preservación y comercialización de artesanías. Asimismo, en coordinación con la Dirección General de Educación Indígena de la SEP, el INI ha concedido un particular interés a la acción educativa y a todos los órdenes de la capacitación.

                                            
       Un importante recurso humano para la salud lo constituyen los terapeutas tradicionales mazahuas; actualmente, la mayoría de ellos se agrupa en la Asociación de Médicos Tradicionales del Estado de México T'Zicumu, A.C. (AMTEMT). Esta asociación, cuya sede se encuentra en Atlacomulco, fue creada en mayo de 1991 y cuenta con 85 médicos tradicionales de 16 comunidades de los municipios de Acambay, San Felipe del Progreso y Temascalcingo. El objetivo principal de esta organización es el de rescatar el conocimiento médico tradicional y buscar su legalización, además de realizar cursos de actualización, crear un jardín botánico regional y establecer farmacias comunitarias.
En lo que respecta a la organización política, ésta se apega a los lineamientos constitucionales. Sin embargo, en la mayoría de las comunidades mazahuas actúan autoridades locales que son designadas en forma conjunta por el presidente municipal y los miembros de la comunidad. Dentro de estas autoridades destacan los delegados municipales, a los que también se les conoce como "jueces", los jefes de seguridad y los policías u "oficiales". Estos cargos son desempeñados de manera gratuita y su duración es indeterminada debido a la frecuente emigración de quienes los detentan. En ausencia de alguna autoridad son reemplazados por los suplentes. Debido a que las comunidades se hallan divididas en "cuarteles" o barrios, a cada uno de ellos corresponde un delegado municipal. A excepción de los homicidios, que son turnados a la presidencia municipal, los demás asuntos como riñas, incumplimiento de pagos, daños en propiedad ajena y otros, son resueltos localmente. Los asuntos relativos a la tenencia de la tierra son determinados por el comisario ejidal.
La organización religiosa mazahua muestra algunas diferencias con respecto a otros grupos indígenas, ya que independiente de la organización política, en cuanto al sistema de cargos. La organización religiosa está constituida por los encargados de preparar y financiar la celebración de las festividades locales, así como de las peregrinaciones a los centros ceremoniales importantes, como Chalma. El objetivo de estas peregrinaciones es recabar limosnas y renovar el poder de los santos. Los principales cargos religiosos son los de fiscal, mayordomo y topil. Los fiscales se eligen cada dos años y son los representantes de las autoridades religiosas municipales, vigilan los actos del culto y la labranza del terreno propiedad del templo; los mayordomos se eligen anualmente y se encargan de la festividad de un determinado santo; de igual manera, los topiles se eligen cada año y desarrollan actividades de auxilio para los fiscales y mayordomos. Los gastos de cada celebración son cubiertos con los recursos obtenidos por la explotación del terreno del templo, y las aportaciones de los fiscales y los mayordomos, excepto en la festividad del patrono del pueblo, que se cubre con cuotas personales.